Establecer una rutina en niños tiene múltiples beneficios psicológicos que pueden ayudarles
a desarrollar una mayor seguridad emocional, habilidades sociales y una mejor salud
mental, es por ello que se altamente recomendable crear una rutina dentro de la dinámica
familiar para poder conseguir los siguientes beneficios:
Brinda seguridad y estabilidad
● Reducción de la ansiedad: Las rutinas predecibles brindan un sentido de estabilidad
y seguridad. Los niños que tienen una rutina clara se sienten más tranquilos porque
saben lo que se espera de ellos y qué sucederá a continuación en su día.
● Confianza en el entorno: Al saber lo que va a ocurrir, los niños pueden enfrentarse al
mundo de manera más confiada, lo que disminuye la incertidumbre y la inseguridad
emocional.
Fomenta el autocontrol y la autorregulación
● Desarrollo de la disciplina: Las rutinas ayudan a los niños a aprender autocontrol y
cómo manejar sus emociones. Por ejemplo, entender que después de una actividad
divertida viene un momento de descanso o estudio les enseña a gestionar sus
deseos e impulsos.
● Habilidades para la gestión del tiempo: A medida que los niños siguen una rutina,
aprenden a priorizar tareas y a gestionar el tiempo. Esto les enseña la importancia
de equilibrar deberes y diversión, lo que es esencial para su desarrollo social y
académico.
Mejora el desarrollo emocional
● Fomenta la independencia: Las rutinas les permiten a los niños tomar decisiones en
un marco estructurado (por ejemplo, elegir qué ropa ponerse o cuándo hacer una
tarea). Esto fortalece su autonomía y autoestima.
● Regulación emocional: Cuando un niño sabe que después de una actividad
estresante (como la tarea escolar) tiene tiempo para relajarse o jugar, aprende a
manejar mejor sus emociones cómo la frustración.
Desarrolla hábitos positivos
● Fomento de hábitos saludables: Una rutina consistente que incluya tiempos para el
descanso, la comida saludable y el ejercicio físico ayuda a que los niños desarrollen
hábitos que mejoran su bienestar general. Estos hábitos, como dormir a una hora
regular, mantener una alimentación adecuada y hacer ejercicio, tienen efectos
positivos a largo plazo.
● Autoeficacia: A medida que los niños completan tareas diarias dentro de su rutina,
desarrollan un sentido de logro y autoeficacia, lo que mejora su autoestima.
● Aumento de la cooperación: Un niño que sabe qué esperar a continuación tiene más
probabilidades de cooperar con las expectativas, lo que reduce la fricción y los
conflictos en la vida diaria.
Estimula el desarrollo cognitivo
● Mejora de la concentración: Las rutinas también ayudan a los niños a concentrarse
en las tareas que deben realizar, ya que están acostumbrados a un patrón de
actividades que les permite dedicarse por completo a una tarea antes de pasar a la
siguiente.
● Facilita la transición entre actividades: Los niños que siguen una rutina tienen más
facilidad para pasar de una actividad a otra, ya que sus cerebros se acostumbran a
alternar entre tareas, lo que mejora su flexibilidad cognitiva.
Fomenta el vínculo familiar
● Tiempo de calidad en familia: Las rutinas familiares permiten a los niños disfrutar de
tiempo de calidad con sus padres, especialmente en actividades que son parte de la
rutina diaria, como las comidas, el tiempo de juego o la lectura antes de dormir. Esto
fortalece los lazos emocionales y el sentido de pertenencia.
● Crea momentos de interacción: Las rutinas bien establecidas proporcionan a las
familias momentos en los que pueden interactuar de manera positiva y constructiva,
lo que ayuda a la salud emocional de todos los miembros.
Ayuda en la transición de eventos importantes
● Facilita la adaptación a cambios: Cuando se producen cambios significativos en la
vida del niño, como el inicio de la escuela o mudarse a una nueva casa, las rutinas
ayudan a que los niños se adapten mejor. La continuidad de ciertas actividades
diarias actúa como un ancla emocional, reduciendo el estrés asociado con el
cambio.
¿Cómo establecer la rutina después de vacaciones?
Establecer una rutina en niños después del regreso de vacaciones puede ser complicado,
pero es fundamental para ayudarles a adaptarse de nuevo a las actividades diarias, como la
escuela, las tareas y el descanso adecuado. Se ofrecen algunas recomendaciones para
facilitar este proceso y lograr un mejor regreso a clases:
Gradualidad en la adaptación
● Reajusta horarios progresivamente: Si los niños se han acostado más tarde durante
las vacaciones, es importante ir ajustando su hora de dormir y despertar de forma
gradual, unos 15-30 minutos cada día, para que su cuerpo se adapte sin demasiada
frustración.
● Hazlo con tiempo: Empieza la rutina unos días antes de que se reanuden las
actividades escolares o extracurriculares. Esto dará tiempo para ajustar los horarios
de sueño, comida y otras actividades.
Establecer horarios consistentes
● Rutina diaria fija: Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar.
Establece horarios para el desayuno, las actividades, la merienda, la hora de la tarea
y el descanso. La previsibilidad les proporciona estructura y seguridad.
● Horarios flexibles pero claros: Es importante también ser flexible para que la rutina
no se vuelva algo rígida y estresante, pero debe haber límites claros para cada
actividad.
Incorporar actividades divertidas
● Equilibrar deberes y diversión: Aunque es importante que los niños retomen sus
responsabilidades (como la tarea o actividades escolares), también es esencial que
se diviertan. Planifica actividades recreativas y familiares que les ayuden a disfrutar
del regreso y sentirse motivados.
● Tiempo para juegos y descanso: Asegúrate de que haya tiempo para que los niños
puedan relajarse y jugar. Este tipo de tiempo les ayuda a desconectar y a reducir el
estrés.
Reforzar hábitos de higiene y autocuidado
● Rutinas de higiene: Ayuda a que los niños sigan un horario claro de higiene
personal: baño, lavado de manos, cepillado de dientes. Esto les proporciona un
sentido de orden y responsabilidad.
● Fomentar la independencia: A medida que la rutina se va estableciendo, anima a los
niños a que asuman algunas responsabilidades por sí mismos, como organizar sus
materiales escolares o elegir su ropa.
Establecer tiempos de descanso y sueño adecuados
● Hora de dormir establecida: Los niños deben tener una hora de dormir fija, que les
permita descansar lo necesario para afrontar las actividades del día siguiente.
Asegúrate de que el entorno sea tranquilo y propicio para dormir.
● Evitar pantallas antes de dormir: Limita el uso de pantallas (televisión, tabletas,
teléfonos) una hora antes de ir a dormir, ya que la luz azul de estos dispositivos
puede interferir con el sueño.
Involucrar a los niños en el proceso
● Hazlo interactivo: Explícales por qué es importante seguir una rutina y que las
nuevas actividades están diseñadas para mejorar su bienestar. Involucralos en la
creación de la rutina, cómo elegir una actividad para después de la tarea o cómo
organizar su espacio de trabajo.
● Usar herramientas visuales: Para niños más pequeños, usar un calendario o una
lista visual de tareas puede ayudarles a entender y recordar lo que deben hacer
cada día.
● Premiar logros: Reconocer y premiar pequeños logros dentro de la rutina, como
terminar la tarea o acostarse a tiempo, puede ayudar a mantener la motivación. Los
premios no tienen que ser materiales; un reconocimiento verbal, tiempo de juego
extra o una actividad especial funcionan bien.
Escucha sus emociones: Algunos niños pueden sentir ansiedad o frustración al volver a la
rutina. Asegúrate de hablar con ellos sobre cómo se sienten y de darles tiempo para
adaptarse. Establecer momentos de calma y relajación también puede ser beneficioso.
Es importante ser constantes para que los niños puedan adaptarse de manera efectiva a la
rutina postvacacional, ayudando a su bienestar y éxito en el nuevo ciclo escolar o
actividades programadas.
Las rutinas no solo benefician la organización y la eficiencia en la vida diaria de los niños,
sino que también juegan un papel crucial en su bienestar emocional y desarrollo
psicológico. Ayudan a construir un ambiente seguro y predecible, lo que fomenta la
confianza, la autonomía y la capacidad para afrontar desafíos.
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