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Foto del escritorPsicóloga Daniela Flores

Creando una rutina para un regreso a clases más sencillo

Establecer una rutina en niños tiene múltiples beneficios psicológicos que pueden ayudarles

a desarrollar una mayor seguridad emocional, habilidades sociales y una mejor salud

mental, es por ello que se altamente recomendable crear una rutina dentro de la dinámica

familiar para poder conseguir los siguientes beneficios:


Brinda seguridad y estabilidad

● Reducción de la ansiedad: Las rutinas predecibles brindan un sentido de estabilidad

y seguridad. Los niños que tienen una rutina clara se sienten más tranquilos porque

saben lo que se espera de ellos y qué sucederá a continuación en su día.

● Confianza en el entorno: Al saber lo que va a ocurrir, los niños pueden enfrentarse al

mundo de manera más confiada, lo que disminuye la incertidumbre y la inseguridad

emocional.


Fomenta el autocontrol y la autorregulación

● Desarrollo de la disciplina: Las rutinas ayudan a los niños a aprender autocontrol y

cómo manejar sus emociones. Por ejemplo, entender que después de una actividad

divertida viene un momento de descanso o estudio les enseña a gestionar sus

deseos e impulsos.

● Habilidades para la gestión del tiempo: A medida que los niños siguen una rutina,

aprenden a priorizar tareas y a gestionar el tiempo. Esto les enseña la importancia

de equilibrar deberes y diversión, lo que es esencial para su desarrollo social y

académico.


Mejora el desarrollo emocional

● Fomenta la independencia: Las rutinas les permiten a los niños tomar decisiones en

un marco estructurado (por ejemplo, elegir qué ropa ponerse o cuándo hacer una

tarea). Esto fortalece su autonomía y autoestima.

● Regulación emocional: Cuando un niño sabe que después de una actividad

estresante (como la tarea escolar) tiene tiempo para relajarse o jugar, aprende a

manejar mejor sus emociones cómo la frustración.


Desarrolla hábitos positivos

● Fomento de hábitos saludables: Una rutina consistente que incluya tiempos para el

descanso, la comida saludable y el ejercicio físico ayuda a que los niños desarrollen

hábitos que mejoran su bienestar general. Estos hábitos, como dormir a una hora

regular, mantener una alimentación adecuada y hacer ejercicio, tienen efectos

positivos a largo plazo.

● Autoeficacia: A medida que los niños completan tareas diarias dentro de su rutina,

desarrollan un sentido de logro y autoeficacia, lo que mejora su autoestima.

● Aumento de la cooperación: Un niño que sabe qué esperar a continuación tiene más

probabilidades de cooperar con las expectativas, lo que reduce la fricción y los

conflictos en la vida diaria.


Estimula el desarrollo cognitivo

● Mejora de la concentración: Las rutinas también ayudan a los niños a concentrarse

en las tareas que deben realizar, ya que están acostumbrados a un patrón de

actividades que les permite dedicarse por completo a una tarea antes de pasar a la

siguiente.

● Facilita la transición entre actividades: Los niños que siguen una rutina tienen más

facilidad para pasar de una actividad a otra, ya que sus cerebros se acostumbran a

alternar entre tareas, lo que mejora su flexibilidad cognitiva.

Fomenta el vínculo familiar

● Tiempo de calidad en familia: Las rutinas familiares permiten a los niños disfrutar de

tiempo de calidad con sus padres, especialmente en actividades que son parte de la

rutina diaria, como las comidas, el tiempo de juego o la lectura antes de dormir. Esto

fortalece los lazos emocionales y el sentido de pertenencia.

● Crea momentos de interacción: Las rutinas bien establecidas proporcionan a las

familias momentos en los que pueden interactuar de manera positiva y constructiva,

lo que ayuda a la salud emocional de todos los miembros.


Ayuda en la transición de eventos importantes

● Facilita la adaptación a cambios: Cuando se producen cambios significativos en la

vida del niño, como el inicio de la escuela o mudarse a una nueva casa, las rutinas

ayudan a que los niños se adapten mejor. La continuidad de ciertas actividades

diarias actúa como un ancla emocional, reduciendo el estrés asociado con el

cambio.


¿Cómo establecer la rutina después de vacaciones?

Establecer una rutina en niños después del regreso de vacaciones puede ser complicado,

pero es fundamental para ayudarles a adaptarse de nuevo a las actividades diarias, como la

escuela, las tareas y el descanso adecuado. Se ofrecen algunas recomendaciones para

facilitar este proceso y lograr un mejor regreso a clases:


Gradualidad en la adaptación

● Reajusta horarios progresivamente: Si los niños se han acostado más tarde durante

las vacaciones, es importante ir ajustando su hora de dormir y despertar de forma

gradual, unos 15-30 minutos cada día, para que su cuerpo se adapte sin demasiada

frustración.

● Hazlo con tiempo: Empieza la rutina unos días antes de que se reanuden las

actividades escolares o extracurriculares. Esto dará tiempo para ajustar los horarios

de sueño, comida y otras actividades.


Establecer horarios consistentes

● Rutina diaria fija: Los niños se sienten más seguros cuando saben qué esperar.

Establece horarios para el desayuno, las actividades, la merienda, la hora de la tarea

y el descanso. La previsibilidad les proporciona estructura y seguridad.

● Horarios flexibles pero claros: Es importante también ser flexible para que la rutina

no se vuelva algo rígida y estresante, pero debe haber límites claros para cada

actividad.


Incorporar actividades divertidas

● Equilibrar deberes y diversión: Aunque es importante que los niños retomen sus

responsabilidades (como la tarea o actividades escolares), también es esencial que

se diviertan. Planifica actividades recreativas y familiares que les ayuden a disfrutar

del regreso y sentirse motivados.

● Tiempo para juegos y descanso: Asegúrate de que haya tiempo para que los niños

puedan relajarse y jugar. Este tipo de tiempo les ayuda a desconectar y a reducir el

estrés.



Reforzar hábitos de higiene y autocuidado

● Rutinas de higiene: Ayuda a que los niños sigan un horario claro de higiene

personal: baño, lavado de manos, cepillado de dientes. Esto les proporciona un

sentido de orden y responsabilidad.

● Fomentar la independencia: A medida que la rutina se va estableciendo, anima a los

niños a que asuman algunas responsabilidades por sí mismos, como organizar sus

materiales escolares o elegir su ropa.


Establecer tiempos de descanso y sueño adecuados

● Hora de dormir establecida: Los niños deben tener una hora de dormir fija, que les

permita descansar lo necesario para afrontar las actividades del día siguiente.

Asegúrate de que el entorno sea tranquilo y propicio para dormir.

● Evitar pantallas antes de dormir: Limita el uso de pantallas (televisión, tabletas,

teléfonos) una hora antes de ir a dormir, ya que la luz azul de estos dispositivos

puede interferir con el sueño.

Involucrar a los niños en el proceso

● Hazlo interactivo: Explícales por qué es importante seguir una rutina y que las

nuevas actividades están diseñadas para mejorar su bienestar. Involucralos en la

creación de la rutina, cómo elegir una actividad para después de la tarea o cómo

organizar su espacio de trabajo.

● Usar herramientas visuales: Para niños más pequeños, usar un calendario o una

lista visual de tareas puede ayudarles a entender y recordar lo que deben hacer

cada día.

● Premiar logros: Reconocer y premiar pequeños logros dentro de la rutina, como

terminar la tarea o acostarse a tiempo, puede ayudar a mantener la motivación. Los

premios no tienen que ser materiales; un reconocimiento verbal, tiempo de juego

extra o una actividad especial funcionan bien.


Escucha sus emociones: Algunos niños pueden sentir ansiedad o frustración al volver a la

rutina. Asegúrate de hablar con ellos sobre cómo se sienten y de darles tiempo para

adaptarse. Establecer momentos de calma y relajación también puede ser beneficioso.

Es importante ser constantes para que los niños puedan adaptarse de manera efectiva a la

rutina postvacacional, ayudando a su bienestar y éxito en el nuevo ciclo escolar o

actividades programadas.


Las rutinas no solo benefician la organización y la eficiencia en la vida diaria de los niños,

sino que también juegan un papel crucial en su bienestar emocional y desarrollo

psicológico. Ayudan a construir un ambiente seguro y predecible, lo que fomenta la

confianza, la autonomía y la capacidad para afrontar desafíos.

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