"Lo que tu cerebro nos quiere decir: El valor del electroencefalograma en el diagnóstico neuropsicológico"

Cuando hablamos del cerebro, hablamos del órgano más complejo del cuerpo humano. Desde las emociones hasta la memoria, pasando por la atención, el lenguaje y el movimiento, todo está orquestado por esta red increíblemente sofisticada. Pero ¿Cómo saber si algo no está funcionando como debería? Ahí es donde entra el electroencefalograma, o EEG, una herramienta que permite "escuchar" la actividad eléctrica del cerebro.

El EEG es un estudio no invasivo, rápido y seguro, que capta las señales eléctricas que producen las neuronas. Estas señales se registran mediante pequeños electrodos colocados en el cuero cabelludo, y nos ofrecen un mapa dinámico de la actividad cerebral. Aunque muchas personas lo asocian únicamente con el diagnóstico de epilepsia, su utilidad en la evaluación neuropsicológica es mucho más amplia.

Desde el punto de vista clínico, el EEG puede aportar información clave en casos de dificultades de aprendizaje, trastornos del sueño, TDAH, alteraciones en el desarrollo, lesiones cerebrales o cambios de conducta inexplicables. Por ejemplo, si un niño presenta dificultades atencionales o cambios de humor abruptos, el EEG puede ayudarnos a descartar alteraciones neurológicas que podrían estar interfiriendo en su desarrollo.

Además, el EEG es un complemento importante en el trabajo del neuropsicólogo. Mientras que la evaluación neuropsicológica nos brinda información sobre cómo se desempeña la persona en diferentes áreas cognitivas (memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, etc.), el EEG nos permite observar la actividad cerebral en tiempo real. Juntos, ambos enfoques permiten una mirada más integral, precisa y personalizada del funcionamiento del cerebro.

En resumen, el EEG no solo ayuda a detectar posibles disfunciones cerebrales, sino que también orienta intervenciones más efectivas. Es como tener una brújula que nos guía para comprender mejor lo que ocurre "por dentro", incluso cuando las palabras aún no alcanzan para explicarlo.

En nuestra clínica, consideramos el EEG como una herramienta fundamental en muchos procesos de evaluación. Porque cada cerebro es único, y merece ser comprendido con profundidad y respeto.