Por: Psicóloga Reneé Hernández
La depresión afecta a millones de personas en todo el mundo y comprender sus causas ha sido una preocupación central en psicología. Uno de los modelos que busca explicar su desarrollo es el modelo atributivo, el cual sostiene que ciertos patrones de pensamiento pueden aumentar la vulnerabilidad a la depresión. Sin embargo, este enfoque se enfrenta a críticas cuando se omiten los factores sociales y estructurales. A continuación, exploraremos cómo las atribuciones personales influyen en la depresión y por qué es esencial considerar el entorno social.
El Modelo Atributivo de la Depresión
Este modelo se basa en la idea de que la forma en que las personas interpretan eventos negativos influye en su bienestar emocional. Aquellos que atribuyen los fracasos a causas internas (a sí mismos), los ven como permanentes (factor de estabilidad) y generalizan a otras áreas de su vida (factor de globalidad) son más propensos a la depresión.
Por ejemplo, si alguien pierde su empleo y cree que es porque no es lo suficientemente bueno (pensamiento interno), piensa que nunca tendrá éxito (estabilidad) y siente que este fracaso afectará todas las áreas de su vida (globalidad), aumenta su riesgo de desarrollar síntomas depresivos. Estudios previos muestran una correlación entre este estilo atributivo y la depresión, sugiriendo que las personas con este patrón tienen un mayor riesgo de sufrirla.
El Rol de los Factores Sociales
Aunque el modelo atributivo es útil, investigaciones recientes revelan que hay otros factores determinantes en la aparición de la depresión, muchos de ellos vinculados al contexto social. Variables como eventos estresantes, baja autoestima y alienación social son clave. Las personas que enfrentan problemas económicos, falta de apoyo social o alienación (sentimiento de desconexión de su entorno) tienen más probabilidades de sufrir depresión.
La alienación se relaciona con la indefensión aprendida, la anomia (falta de normas sociales) y el sentimiento de no pertenecer a la comunidad. Estos factores, fuertemente ligados a la estructura social, afectan significativamente la salud mental.
Un hallazgo relevante es que, al controlar variables como alienación, estrés y autoestima, la relación entre el estilo atributivo y la depresión pierde su significancia. Esto sugiere que, si bien los patrones de pensamiento negativos influyen, no se pueden entender en aislamiento, sino en conjunto con el entorno social.
Estrategias de Afrontamiento y Apoyo Social
La manera en que las personas enfrentan los problemas también influye en la depresión. Quienes cuentan con apoyo social y pueden distanciarse emocionalmente de los problemas suelen mostrar menores niveles de depresión. En cambio, las personas que evitan o huyen de los problemas tienden a experimentar mayor malestar emocional.
El apoyo social es un recurso clave para protegerse de los efectos negativos de los estresores. Contar con una red de apoyo emocional y práctico puede marcar una gran diferencia en cómo alguien enfrenta la adversidad.
El modelo atributivo de la depresión ofrece una perspectiva sobre cómo ciertos patrones de pensamiento pueden aumentar la vulnerabilidad a la depresión. No obstante, centrarse únicamente en el individuo y su estilo atributivo es insuficiente si no se consideran los factores sociales y estructurales. Para comprender plenamente la depresión, es necesario un enfoque que contemple tanto el cambio individual como las condiciones sociales. Esto incluye políticas que reduzcan las desigualdades y fomenten el apoyo comunitario.
Álvaro-Estramiana, J. L., Garrido-Luque, A., & Schweiger-Gallo, I. (2010). Causas sociales de la depresión. Una revisión crítica del modelo atributivo de la depresión. Revista Internacional De Sociología, 68(2), 333–348. https://doi.org/10.3989/ris.2008.06.08
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