La importancia de disminuir el azúcar en pacientes con depresión.
- Nutrióloga Sofia Santander

- 27 ago
- 3 Min. de lectura
Introducción
La depresión es una de las principales causas de discapacidad en el mundo, afectando a más de 280 millones de personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque sus orígenes son multifactoriales, existe creciente evidencia de que los hábitos alimenticios influyen de manera significativa en el desarrollo, evolución y tratamiento de los trastornos depresivos. En este sentido, la reducción del consumo de azúcares añadidos se ha convertido en una recomendación clave para mejorar la salud menta.

¿Cómo afecta el azúcar al cerebro?
El cerebro, a pesar de representar apenas el 2% del peso corporal, consume alrededor del 20% de la energía total. Cuando esta energía proviene principalmente de azúcares refinados, se generan alteraciones negativas como:
- Picos de glucosa y bajones de energía: los azúcares simples provocan rápidas subidas y descensos de glucosa en sangre, generando cansancio, irritabilidad y dificultad para concentrarse.
- Inflamación: el consumo excesivo de azúcar estimula procesos inflamatorios sistémicos.
- Neurotransmisores: la glucosa en exceso puede alterar la síntesis y la función de neurotransmisores como serotonina y dopamina.
- Resistencia a la insulina: puede afectar la plasticidad neuronal, dificultando la comunicación entre neuronas y el bienestar emocional.

El papel de la microbiota intestinal.
La microbiota intestinal, también conocida como “segundo cerebro”, juega un papel importante en la regulación del estado de ánimo. El exceso de azúcar favorece el crecimiento de bacterias dañinas, lo que puede generar disbiosis intestinal. Esta alteración se ha relacionado con mayor inflamación y con síntomas depresivos y ansiosos.

Evidencia científica.
Un estudio realizado en el Reino Unido con más de 8,000 participantes encontró que los hombres que consumían más de 67 gramos de azúcar al día tenían un 23% más de probabilidades de desarrollar síntomas depresivos después de 5 años. Asimismo, investigaciones han demostrado que dietas ricas en ultra procesados y bebidas azucaradas aumentan el riesgo de depresión, mientras que una dieta tipo mediterránea se asocia con menor incidencia de trastornos depresivos.

Beneficios de reducir el azúcar en pacientes con depresión
- Estabilización de los niveles de energía y reducción de la fatiga.
- Disminución de los cambios bruscos en el estado de ánimo.
- Reducción de la inflamación y del estrés oxidativo.
- Mejora de la salud intestinal y de la microbiota.
- Mayor calidad de sueño y descanso reparador.
- Reducción del riesgo de enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad) que suelen coexistir con la depresión.

Recomendaciones oficiales.
La OMS recomienda que el consumo de azúcares libres no supere el 10% de la ingesta calórica diaria total, y que lo ideal sería reducirlo a menos del 5%. En una dieta de 2,000 calorías, esto equivale a un máximo de 25 gramos de azúcar (aproximadamente 6 cucharaditas).

Consejos prácticos para reducir el consumo de azúcar
1. Evitar refrescos, jugos industrializados y bebidas energéticas.
2. Optar por frutas enteras en lugar de postres ultra procesados.
3. Cocinar en casa para tener mayor control sobre los ingredientes.
4. Leer etiquetas y reconocer los nombres ocultos del azúcar.
5. Elegir carbohidratos integrales que aportan fibra.
6. Reducir el consumo de forma progresiva para evitar ansiedad por los dulces.
7. Incorporar grasas saludables como aguacate, nueces y aceite de oliva.

La depresión muchas veces dificulta mantener hábitos saludables, por lo que es importante que el paciente cuente con apoyo. Reducir el azúcar debe hacerse de manera progresiva y acompañado de un equipo de salud. Además, incorporar actividad física regular y técnicas de manejo del estrés puede potenciar los beneficios de la alimentación en el estado de ánimo.

Conclusión.
Reducir el consumo de azúcar no solo ayuda a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes u obesidad, sino que también constituye una estrategia fundamental para mejorar la salud mental. En pacientes con depresión, adoptar una dieta equilibrada, baja en azúcares añadidos y rica en alimentos naturales, puede ser un complemento valioso en el tratamiento integral, favoreciendo la estabilidad emocional y la recuperación a largo plazo.




Comentarios