¿Por qué los niños sienten la necesidad de seguir trends en redes sociales?
- Psicóloga Daniela Flores
- 30 abr
- 4 Min. de lectura
Vivimos en una era hiperconectada donde las redes sociales no solo forman parte de la vida adulta, sino que también han penetrado profundamente en el mundo infantil. Desde bailes virales hasta retos, challenges o frases de moda, muchos niños y adolescentes sienten una necesidad casi urgente de seguir las últimas trends que dominan plataformas como TikTok, Instagram o YouTube Shorts. Pero, ¿qué hay detrás de esta necesidad?

La construcción de identidad
Durante la infancia tardía y la adolescencia, los niños comienzan a explorar quiénes son. Este proceso, conocido como formación de identidad, implica probar diferentes roles, estilos y comportamientos. Las trends funcionan como “moldes sociales” fácilmente accesibles: permiten experimentar pertenencia sin demasiado riesgo. En ese sentido, seguir una trend es una forma de probar una identidad temporal.
Desde Erik Erikson, esta etapa se relaciona con el conflicto entre identidad vs. Confusión de roles. Las redes ofrecen un terreno inmediato para resolver, aunque superficialmente, esta tensión.

Influencia del grupo y conformidad social
La necesidad de aceptación por parte del grupo es un impulsor fundamental del comportamiento infantil. Según la psicología social, los niños tienden a conformarse con las normas del grupo para evitar la exclusión. Las trends virales funcionan como normas sociales informales: seguirlas significa encajar.
El experimento de Asch sobre conformidad demuestra cómo incluso adultos modifican sus decisiones para alinearse con el grupo. En los niños, con una autoestima aún en formación, este impulso es aún más fuerte.

Refuerzo positivo e instantáneo
Las redes sociales están diseñadas para generar refuerzos positivos inmediatos: un “me gusta”, un comentario, una visualización. En términos de psicología conductual, esto refuerza la conducta de seguir trends, haciéndola más probable en el futuro.
Skinner lo explicó a través del condicionamiento operante: si una conducta obtiene una recompensa, es más probable que se repita. Las redes son máquinas de recompensas constantes.

Desarrollo del pensamiento aún en proceso
Los niños, especialmente menores de 12 años, aún no han desarrollado completamente su pensamiento crítico y abstracto. Esto significa que tienden a imitar sin cuestionar, y muchas veces no evalúan las consecuencias de su comportamiento.
Según Piaget, en la etapa de operaciones concretas (7 a 11 años), el pensamiento es más literal y menos reflexivo. Esto los hace vulnerables a comportamientos por imitación, especialmente si son populares.

Ansiedad social y miedo a quedarse fuera (FOMO)
El Fear of Missing Out (FOMO) también afecta a los menores. La ansiedad por no estar al día, por no entender los códigos que todos manejan, genera una presión psicológica significativa. Seguir una trend se convierte en una forma de evitar el aislamiento emocional.

¿Qué pueden hacer como papás?
El rol parental no debe centrarse únicamente en limitar, sino en guiar, comprender y fortalecer emocionalmente al menor.

Validar las emociones del niño
Es importante no minimizar lo que representa para un niño participar en una trend. Aunque para un adulto pueda parecer irrelevante, para el menor puede significar conexión social, autoestima o sentido de pertenencia. Validar no significa estar de acuerdo, sino reconocer la emoción como real y legítima.
Cuando un niño siente que es escuchado y no juzgado, se abre más fácilmente al diálogo y desarrolla una mayor capacidad de autorregulación emocional.

Fomentar el diálogo y la curiosidad compartida
En lugar de interrogar o censurar, es más útil hacer preguntas abiertas:
● “¿Qué te gusta de este reto?”
● “¿Quiénes lo están haciendo en tu grupo?”
● “¿Cómo te sentiste al hacerlo?”
Este tipo de preguntas estimula el pensamiento reflexivo y reduce la resistencia. Además, demuestra interés genuino en su mundo, lo que fortalece el vínculo.

Modelar el uso consciente de la tecnología
Los padres son los principales modelos de conducta. Si los adultos pasan mucho tiempo en redes o se obsesionan con las apariencias digitales, el mensaje implícito que reciben los niños es que validarse socialmente a través de internet es normal o incluso necesario.
Según la teoría del aprendizaje social de Bandura, los niños aprenden observando. La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es clave.

Establecer límites afectivos, no punitivos
Los límites son necesarios, pero su efectividad depende del clima emocional con que se impongan. Un “no” autoritario puede generar rebeldía o secretismo; en cambio, un “no” explicado desde la protección y el respeto fortalece la confianza.
Ejemplo: en vez de decir “No quiero que hagas esos videos ridículos”, es más útil decir “Me gustaría que hablemos juntos de lo que ves en redes, así podemos decidir si algo te suma o no”.

Reforzar fuentes internas de autoestima
Una de las mejores protecciones frente a la necesidad excesiva de validación externa es ayudar al niño a desarrollar autoestima basada en sus propias capacidades, valores e intereses, no solo en la imagen que proyecta online.
Actividades recreativas, deportivas, solidarias o simplemente espacios de juego libre sin pantallas son fundamentales para fortalecer su identidad desde dentro.

Conclusión
Seguir trends en redes sociales es, en el fondo, una conducta que refleja necesidades psicológicas universales: pertenencia, validación, identidad y conexión. Comprender este fenómeno desde una perspectiva psicológica nos permite actuar con más empatía, entendiendo que, detrás de un baile viral, puede haber un grito silencioso de “quiero ser parte de algo”.
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