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La salud psicológica no es permanente

Actualizado: 8 feb 2022

La salud no es lineal, tampoco lo es la salud mental⁣.


Por: Psic. Mariana Méndez Bazán

Muchas veces nos ha pasado, que por un tiempo en nuestras vidas, fuimos muy deportistas y llevábamos un régimen de alimentación balanceada, pero que varios años después, por distintas razones, lo dejamos a un lado. También puede pasar, que simplemente, la edad, impida que no nos podamos ejercitar de la misma forma como lo solíamos hacer. Este, es un claro ejemplo, de cómo la salud física no siempre es constante, lineal y permanente. ⁣


Lo anterior, puede conllevar en la persona sentirse no realizada, decepcionada, triste, no sana, etcétera, si compara ese aspecto de su vida que solía ser “sano”, con el actual “insano”, sin embargo, hay un gran error que cometemos, que nos causa sufrimiento, que es la creencia de que la vida es lineal y por lo tanto nuestras rutinas de salud. Saber que la salud no es lineal, consiste en entender que quizá si una semana no hiciste ejercicio, no significa que dejaste de ser sano, no todos los días podremos hacer ejercicio.


También implica saber que si llevas una dieta específica, y en un cumpleaños comes una rebanada de pastel, no significa que dejes de ser sano. Esta creencia, impide que muchas personas cultiven un estilo de vida balanceado, ya que si se salen por un momento de la “norma”, dejan de ser sanos, lo cual los desanima y los aleja de las rutinas que solían llevar. La intolerancia a las curvas de la vida, genera inflexibilidad mental en las personas para cultivar un sentido sano en sí mismos. Entender que la vida, tiene curvas, en donde a veces te sentirás con más ánimos que otras para cultivar una vida sana, es el primer principio para aceptar cuando estemos abajo, y después subir.


El estrés de querer siempre permanecer en una línea, constante, no es real y cansa. Pues cuando no llega a ser así, la gente suele desistir no sabiendo como volver a incorporarse. ⁣

Algo parecido sucede con la salud psicológica. Una persona no siempre está feliz, enojada o triste. Saber que las emociones son pasajeras, nos ayudará a disfrutar más las positivas y no aferrarnos a las negativas. ⁣

Los principales aspectos que balanceados, conllevan a una salud psicológica son:

Pensamientos: Antes de una emoción, siempre hay un pensamiento que la genera. Por ejemplo, si yo pienso que me irá mal en una primera cita, me sentiré como tal; nervioso/a, angustiado/a, triste, y es posible que por verdaderamente tomarme ese papel emocional, las cosas no resulten tan bien, pero si yo pienso que me irá bien en mi cita, me sentiré motivado/a, alegre, ilusionado/a, con energía, etc.

Por lo tanto, si controlas tus pensamientos, controlarás tus emociones. Identificar cuando estás teniendo un pensamiento no objetivo, irracional, carente de sustento, fantasioso, catastrófico, es decir, no balanceado, te ayudará a poder modificarlo y así llevarte a convivir mejor con tus emociones.⁣



Emociones: La intensidad de las emociones varía mucho de persona a persona, de acuerdo a su personalidad, experiencias, educación y contexto. Esto crea mucha diversidad en cómo nos sentimos de acuerdo a las experiencias que vayamos teniendo, lo cual, enriquece mucho al mundo, pero al mismo tiempo vuelve más complejas las relaciones humanas. Por ejemplo, en la cultura mexicana, cuando dos personas deciden estar juntas y una de ellas, tiene una relación amorosa con alguien más, la persona que fue infiel, es catalogada como maliciosa, vil, corrupta, etcétera, generando emociones de enojo, tristeza y decepción individuales y sociales desaprobando la conducta de poligamia. Sin embargo, en otras culturas, como la iraki, esta misma conducta, es aceptada, ya que para ellos, un hombre de alta posición económica puede contraer matrimonio con cuantas mujeres decida.

Cada quien tendrá su opinión personal al respecto, pero la realidad, es que de acuerdo a la cultura en donde crecimos, la gente llega a normalizar o catalogar como inadecuadas ciertas conductas asociadas a emociones. De la misma forma ocurre en nuestro propio entorno, en donde dos personas de la misma cultura, pueden tener un punto de opinion diferente uno del otro. Por lo tanto, practicar el respeto, la empatía, la comunicación asertiva y validación hacia uno mismo y las personas que nos rodean, nos puede ayudar a cultivar la armonía y balance de nuestras emociones. Asimismo, el tener claras actividades donde puedas canalizar tus emociones y llevarlas a cabo, como por ejemplo, correr cuando nos sentimos enojados, escribir en un diario cuando estamos tristes, darnos un masaje cuando estamos ansiosos, etcétera, nos puede llevar a convivir mejor con nuestras emociones en el día a día y no ponerlas en manos de los estímulos externos. ⁣



Decisiones: En este punto, podremos ver, que nuestros pensamientos y emociones, conllevan a la toma de nuestras decisiones. Como se mencionó en el punto anterior, las decisiones que como personas, sociedad o país tomemos, variarán de acuerdo a nuestra cultura, educación y sistema de creencias. No obstante, hay una forma de poder guiar nuestras decisiones de acuerdo a lo que psicológicamente sería más sano, y no a lo que dicta nuestra sociedad, es decir, tomar decisiones más conscientes.

Para hacerlo, hay que ser muy valientes y abiertos mentalmente, para poder observar las opciones que tienes y lo que a ti verdaderamente te haría bien. Puede que no sea lo que se espera de ti, pero eso no quiere decir, que sea una decisión negativa.

Por ejemplo, en ocasiones, dentro de nuestra familia, se espera que estudies, saques altas calificaciones y te cases, lo cual, puede llegar a ser algo tan cultural, que creemos firmemente que eso es lo que debería de ser, sin embargo, no todas las personas se van a sentir plenamente felices y eficientes siguiendo este esquema de vida.




Por lo tanto, salirse de él, puede resultar desaprobatorio para quienes lo rodean pensando que es una mala decisión cuando en esencia puede que no lo sea. Tomar una decisión que se salga de la norma, implica ser verdaderamente responsable de tus decisiones; aceptar las consecuencias de lo que hayas decidido, ya sean positivas o negativas, resolverlo y pensar que una buena forma de medir si estás tomando una sana decisión, es ver si lo que decidas, no afectará negativamente a los demás y a ti mismo. ⁣

⁣De esta forma, saber que conscientemente tomamos la decisión que creímos mejor, pero que aún así podemos equivocarnos, nos hace humanos. Saber lidiar con la equivocación, aprender y ser resilientes, conformará el último peldaño de la salud psicológica. ⁣

Por lo tanto, si una persona piensa que no ha corrido los mismos kilómetros en comparación de meses atrás, posiblemente se sienta triste y desmotivada. Eso la puede llevar a tomar la decisión, de desistir. Como consecuencia, se ubicará en un plano psicológico no sano. Por el contrario, si esta misma persona piensa que es verdad que no está teniendo el mismo rendimiento que meses anteriores, pero lo acepta y lo deja fluir pensando en que eventualmente lo hará, su emoción cambiará y quizá se sienta más relajado e incluso motivado, lo cual lo llevará a tomar la decisión de continuar entrenando.⁣


De esta forma, la persona al equilibrar sus pensamientos, emociones y decisiones, y saber que las curvas, las subidas y bajadas son parte de la vida, lo ayudará a cultivar su salud psicológica. ⁣



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